Has estudiado horas interminables. Has presentado varios exámenes de admisión. Has sacrificado tiempo con tu familia, con tus amigos, contigo mismo… y aun así, el resultado no ha sido el que esperabas. Te duele. Te frustra. Y, por un momento, piensas en rendirte.
Si estás en ese punto, esto es para ti. Porque rendirse al sueño de ser especialista médico no es la solución, pero sí necesitas empezar a hacer algo diferente. Prueba esto: